Contar con el árbol del tiempo en nuestro centro de enseñanza secundaria tiene un valor educativo y formativo muy significativo, especialmente para actividades relacionadas con el conocimiento y la observación del entorno, pilares fundamentales de nuestra metodología.
A continuación explicamos su importancia desde distintas perspectivas:
1. Fomenta la observación sistemática del entorno
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Los estudiantes, principalmente los grupos de 1º de ESO, se convierten en observadores activos del tiempo diario.
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Aprenden a identificar y registrar fenómenos atmosféricos como lluvia, sol, nubes, viento, nieve, etc.
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Se estimula la constancia y la atención al detalle, competencias fundamentales para las ciencias.
2. Desarrolla competencias científicas y estadísticas
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Recoger y clasificar datos del tiempo diariamente fomenta el pensamiento científico.
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Permite introducir conceptos de estadística básica: conteo, frecuencias, gráficos (de barras, circulares, etc.).
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Es una manera práctica de aprender a interpretar información meteorológica.
3. Refuerza la conexión entre arte, ciencia y tecnología.
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El uso de hojas de colores convierte el árbol en una representación visual atractiva.
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Cada color representa un tipo de tiempo (por ejemplo: amarillo = soleado, azul = lluvioso, gris = nublado).
Las hojas se han diseñado y obtenido con la cricut en papel removible, permitiendo ser reutilizadas en años posteriores.
4. Ayuda a la comprensión del tiempo y las estaciones
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Al tener una rama por mes y una hoja por día, los estudiantes visualizan de manera concreta:
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El paso del tiempo.
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Las estaciones del año.
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Las diferencias climáticas mensuales.
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Esto favorece una comprensión más intuitiva del calendario natural.
5. Promueve el trabajo colaborativo y la responsabilidad
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Se pueden asignar tareas por grupos o por turnos, desarrollando el sentido de la responsabilidad.
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Los estudiantes trabajan juntos para mantener el árbol actualizado, fomentando el trabajo en equipo.
6. Estimula la conciencia ecológica y medioambiental
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Observar el tiempo día a día genera una mayor conciencia sobre los fenómenos naturales.
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Puede ser el punto de partida para hablar de cambio climático, ciclos naturales y cuidado del entorno.